espada de agua y su gato

Encendió la pequeña luz de su cuarto. Se sentó en la pequeña silla sola de su cuarto y escribió:
Había una vez una princesa llamada “espada de agua”. Un día apareció por esos lares un triste muchacho, uno de esos seres opacos que aparecen en las canciones de Mar de Copas. Sin más insignia ni preámbulo la coronó con ese nombre “princesa Espada de Agua”. El portaba un gracioso cetro, con el cual le dijo yo te nombro, etecé, etecé. Y procedió a ponerle esa invisible y gran corona, que sólo se asemejaba a todas las cualidades de unas ya famosas galletas que no vamos a nombrar aquí.
Esa tarde caía una inusual lluvia de verano. Ella lo miró con una de esas miradas que llamaremos: fulminante. Él no cayó fulminado, su opaca alma sí. Turbado escuchaba pedacitos de una canción que no lograba reconocer. Tuvo sólo fuerzas para sacar de su imaginación algo que él llamaba “el mata princesas” (un antídoto), balbuceó un par de palabras con poca coherencia; le dijo que se quedara quieta así como estaba en sus 17 años, contó hasta diez, imaginó curarse. Pero ella insistió feroz para que le contara. Le transmitió telepáticamente una breve historia; un día se fijó en una nube blanca y quiso besarla, se puso tan cerca que esta cayó sobre sí y desde entonces su cabello etecé, etecé. Volvió al momento, la lluvia parecía insistir, rodaban pequeñas gotas aún sobre su cabello.
El no supo si ella entendió, volvió a recibir ese brillo penetrante desolador y a la vez fulminante de sus ojos. Sintió temor de que el antídoto no surtiera efecto y de que pudiera “enfermar” y caer en eso que daña, y que su coraza que lo protegía y que a la vez lo aislaba, tambaleara.
Intercambiaron un par más de palabras. Ella pidió un budín, el cotidiano atroz del mundo volvió sobre sí. La música y la lluvia pararon.
Esa noche él subió a una azotea y deseó volver a ser gato y maldijo a los gatos y deseó quizá ser un árbol quieto y duro pero que a la vez da sombra o un perro cazador (de almas), pero no, sólo deseó ser gato, como siempre. Apagó la luz, intentó dormir.
espada de agua Que golpea pero no corta.
28/11/00