los 2 encuentros/ febrero de 1994

“…La ciencia explica el universo, la psicología
explica los seres, pero
hay que saber defenderse, no
ceder. No dejarse arrancar las últimas migajas
de
ilusión”
Romain Gary, Los pájaros van a morir al Perú
Y a punta de creérselo –íntegro- miró al cielo y buscó. Buscó aquella estrella que la noche anterior había cumplido varios años de búsqueda. Alguien le dijo por ahí que buscase a determinadas horas y bajo ciertos aspectos de la luna. De la luna que siempre estará ahí, pero que a veces se esconde.
Pero de otra búsqueda resultaban sus cigarrillos e íntegro de puros buscarlos salía disparado a comprarlos.
Puta no sea romántico.
Es que íntegro caminaba derechito al suelo (o sea que se iba a la misma) y es que iba en busca de su estrella y ahora de sus fósforos. Pero sabes que a punta de consejos, le decía, me harte de buscar. Claro salvo cuando tienes, y, éste es mi caso, ganas de búsqueda. Y a ojos cerrados. Me importó que hace dos noches halla sido la noche en la que se cumplían años de búsqueda. Bueno aparte la gente destapaba a punta de miradas, porque iba corriendo como un loco y con los ojos cerrados.
Pero para serte franco al rato me tapé la cara con las manos y sobre todo los ojos, claro de rato en rato hacía mi trampita, ella soltó una pequeña sonrisa.
Es que ni cojudo que esta noche acabase tan rápido conmigo en el suelo y, más aún ahora que no iba siquiera mirando al suelo cielo.
No sé cuantas calles corrí, ni a cuanta gente le parecí un loco-íntegro.
Al rato y ya bastante cansado me detuve. Pegué tal gritada, que hasta yo me sorprendí. Ella volvío a sonreír, y levanté una de las manos con la que me tapaba los ojos y grité más fuerte aún:
Tú eres, allí está, y no me importó que fuese aquella puta – y con cariño debo reconocer- estrella que años he buscado, levanté la mirada y para mi asombro (ya que formaba parte del asombro y atención de otro tanto de personas que me miraban a mí y al cielo que señalaba) y más aún con el doble de asombro (ya que me sentía desnudo a mitad de ceremonia) vi a donde mi dedo señalaba, era íntegra y hasta parecía responderme con sus reflejos y destellos y sentí que mi búsqueda había terminado, no escuche consejo más alguno (pues hay gente que quiere que uno vea la estrella que ellos quieren e imaginan).
Yo supe que eras tú. Al rato parado en aquel parque, de donde la gente ya regresaba de su asombro y volvía a ser la misma; te encontré junto a mí (quizá identificando aquella estrella), no te conocía, ni escuchado, tan apresurado, que te aturdí, y me entendiste y no pensaste que era un loco-íntegro de atar, y sabes aquello bastó, nos fuimos a celebrar aquella noche mis dos encuentros.
EPÍLOGO: Alguna vez pensaré que si el día que le enseñe mi historia a alguien y la entienda –íntegra- sin preguntas y yo sin respuestas, entonces sabré que te volví a encontrar (ojo y sin buscar) de aquella persona que a veces se van a dar la vuelta al mundo y a caballo, sin parar, sea hombre o mujer, porque ahora no quiero que me hagan preguntas, tan sólo que me den un fuerte y largo abrazo, lo mismo un beso, de esa persona, aún imagino, encontré aquella noche.
4 de febrero 94. (Entre 12:15.Y 7 a.m.)

1 Comments:
Greets to the webmaster of this wonderful site! Keep up the good work. Thanks.
»
Publicar un comentario
<< Home