
No encuentro otro mecanismo de abstraerme de mi realidad, si no escribiendo.
Cuando pienso caigo en conclusiones que me llevan a lugares comunes llenos de tristeza.
Cuando creo evadir situaciones así, una voz interna e intensa me dice que soy escapista o evado las responsabilidades.
Entonces la acción era no pensar y al no pensar era actuar o hacer. En esos actos uno muchas veces puede caer en el disparate, porque “hace las cosas sin pensar” , otras en el absurdo, bueno me dice la voz, absurdas son también muchas cosas reales. Crear un mundo paralelo era una tabla de salvación, una especie de pequeño paraíso artificial al fin y al cabo mía.
El disparate es casi siempre divertido o lo hace a uno verse como alguien extraño muy extraño. Cuando las cosas parecen salirse del cauce del absurdo se piensa que la vida es muy absurda y se sabe que cierta adolescencia ya se pasó como para pensar en matarse o algo por el estilo, se conoce de la adolescencia perpetua, aquella que han definido como el “síndrome de Peter Pan”, una voz serena e indolente hace notar que todo ello se va convirtiendo en norma de conducta y luego se hace costumbre que recala en actos, entonces llega el momento que ya no se sabe quién se es y quién es el ser que a uno lo habita.
Cuando voy por ejemplo por la calle y aparece un amigo de la infancia me dice “habla loco” eso era porque desde niño fui consciente de “inciertas realidades” o cuando a algún lugar llego algunos dicen, “que divertido ese muchacho es algo extraño” o frases como
“ que callado anda” , “parece abstraído” y etc. Entonces surgía la ironía aquella de que en verdad nadie sabe lo de nadie, ni los infiernos personales que padece y que lo hacen ver a uno muy divertido.
Aunque bueno los núcleos sociales se han ido reduciendo crudamente en los últimos años, por muchas razones como pérdida de fe.
++++++++++++++++

0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home