Al acuchillarlo salpica el líquido bizcoso

Me he levantado zombie mirándome en el espejo sin reconocerme, ajeno a mis actos me he dirigido a la cocina veo con sorpresa un cuchillo gordo, lo porto entre las manos, quiero despertar algún censor natural que me haga racionalizar lo que hago.

Me acerco al estante, cojo el fórmula 44 (jarabe), lo pongo sobre la mesa y ante mi estupor comienzo a acuchillarlo, de punzada en punzada salpica el líquido bizcoso y rojo parece un brillante desquite inconsciente, en realidad lo es, lo arrojo a la basura, parezco un niño lloroso y manchado.

Ojo hay diferencia entre el dormir y el descansar puedes dormir sin descansar, escucho, otra voz esas vocecitas, puro consciente.

Hoy es jueves 18 como intuirás estas líneas están fraccionadas, me sumergiré en el internet y no iré al cine a ver una película que se llama “cuento de verano”, dentro del ciclo de cine europeo de la filmoteca de Eric Rohmer Francia 96, un pata que es muy inestable en sus emociones amatorias, quizá la elegía por la afinidad (ja)
Si boto un papel por la calle y ahora se llamará memoria del olvido.
Milenio . todo lo último del milenio, sociedad de consumo rompo y boto un cuento.