LA LOGICA DE ANA
Estoy pensando en algunas cosas que a veces escucho. En esta temporada me ha tocado hacer de civil, trabajar en un horario “normal” y en una oficina donde casi podría fungir de tecnócrata. El asunto es que en la sobremesa luego del almuerzo una compañera (Ana Pérez) retruca a otro compañero y le dice “Dime de que te envaneces y te diré de que careces”, esa frase suena en mi cabeza luego de unos días ahora que caminaba terminaba por pensar en aquella otra muchacha que hace un tiempo atrás me dijo casi gritando que le importaba un bledo lo que hacía con mi existencia y que no le interesaba que sería de mi vida.
Pensaba que si aplicaba la lógica de Ana esto podría tener mucho sentido, es decir un sentido de al menos “consuelo” de meditar que aquella muchacha se envanecía de que ninguna de esas cosas le importaban sobre mi, entonces el contrasentido real sería que ella carecía de desinterés por mi. Es decir que le interesaba un montón, me puse feliz y distraído caminé la larga avenida hacia el trabajo, los albores del alba, el barredor de las 7am., el canto escondido de algún tordo tapado por la urbe, hasta que la voz de un hola me regresa a la realidad ( bueno a la realidad paralela) y me dice señor en que está usted pensando.
Sacamos la sonrisa y volvemos.
Pensaba que si aplicaba la lógica de Ana esto podría tener mucho sentido, es decir un sentido de al menos “consuelo” de meditar que aquella muchacha se envanecía de que ninguna de esas cosas le importaban sobre mi, entonces el contrasentido real sería que ella carecía de desinterés por mi. Es decir que le interesaba un montón, me puse feliz y distraído caminé la larga avenida hacia el trabajo, los albores del alba, el barredor de las 7am., el canto escondido de algún tordo tapado por la urbe, hasta que la voz de un hola me regresa a la realidad ( bueno a la realidad paralela) y me dice señor en que está usted pensando.
Sacamos la sonrisa y volvemos.

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