Gaviota no para de reírse
Está eufórica de tanta alegría
Sin un sentido de origen aparente
Felicidad en su estado puro
Que no ha requerido de ningún bien para ser convocado
Que no ha necesitado de algo previsto para existir y ser
Yo indago de manera torpemente adulta sobre su alegría
Pero no obtengo respuesta.
Más rato pienso en una historia de la alegría desbordada
Donde había un ser que durante mucho tiempo se guardó la risa
Y que un día sin que se lo propusiera esta salió despedida hacia el exterior
Sin que este ser pudiera hacer poco o nada al respecto
Y la gente creía que estaba desmesuradamente loco o algo por el estilo
Y después de mucho tiempo se calmaba
( el tiempo otra creación vanamente humana)
Así como el hombre que no podía irse, esta sería la historia del hombre que no podía dejar de reírse.
Le mandaré una carta a Bryce Echenique.