lunes, octubre 30, 2006

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Dilapidado infierno
del que ya poco o nada se puede escribir
entre las cosas que veo
y dejo de ver
o las que evito ver
o las que busco ver
con fruición
o de las que duermo
o de aquellas de las que deseo soñar
de las que extraño entrar
como una
pena extraordinaria
cual ave solitaria
que con este cantar ya no se consuela
y ya no hay de que quejarse
pienso que ya no hay que detenerse en estas líneas
que todas están muy tristes
a lo lejos
un clavecín y una clave repetida
una mamá
parafraseada
el cuerpo imaginado de mi padre
que esta en la ventana de la sala en el primer piso
esperando verme llegar