martes, mayo 23, 2006

no me abandone ni de día y de noche que quiera que siempre fuera día


Canción tradicional de la mañana
Que arruga este sacramento
Cuero de chancho en mi corazón
Yo no se que haría si mis lentes se doblaran y tu estuvieras fuera
Como cuando la radio distorsiona la cama
Como, cuando tengo hambre
No quiero volver sobre la marcha
Vidrio que retumba y no se quiebra
Puerta que se estrella y no se abre
Amor que aparece y no se ama
Sueño que se tiene y no se añora
El color de todo esto no es como lo imaginas
Por eso nunca firmo mis cartas
Por eso nunca dejo a la bella mirándome de frente
Por eso nunca desnudo mis pues
Por eso me quedo quieto en la vida
Quizá no se es cierto : aquellas canciones que se evitan al final de cada lado
(el bien ni el mal / la vida y tu muerte)
no me pertenezcan (negación de negación de amores / todo verdadero)
verdadero que la radio a estas horas no se escucha, sin embargo
la madrugada son este

con mis sueños perforando mi realidad
debo darle vuelta a la pagina cuando llega mi sangre
y fingir que corrijo unas notas, unos trabajos
aunque se (y de eso no cabe mucha duda)
que debo arrojar la llave, una vez abierta la historia
y comer como un loco que no es conciente del poder de su enajenación
y corro lejos de ella, sin saber que ella lo espera lenta y quieta como siempre
canción tradicional de la mañana
no me abandone ni de día y de noche que quiera que siempre fuera día
ya no se que haría si mis lentes se doblaran y no escupieran lo que trago
de repente me volvería algo normal

(tautología)
Modigliani al cuadro.